Hoy hace 22 años fue aquel gran temblor de 8.1 grados que sacudió a la ciudad de México por dos minutos. En esa época era yo un niño de 6 años, quien nunca había vivido un temblor (o cuando menos no que me acuerde) por lo que no me percaté de muchas cosas que ocurrieron.
Recuerdo que el 19 de septiembre de 1985 a las 7:19 AM estaba desayunando en el ante-comedor de la casa con mi mamá y mi hermano. En ese cuarto teníamos colgada en el techo una lámpara-ventilador, de esas que se encienden y apagan jalando una cadenita. Primero la cadenita empezó a oscilar, chocando con las lámparas de vidrio. Un momento después sentí como todo se empezó a mover violentamente. Entonces mi mamá muy tranquila nos abrazó a mi hermano y a mí hasta que pasó el temblor.
El pequeño relato anterior es el único recuerdo que está guardado intacto en mi memoria. Lo demás son hechos aislados y algunos flashazos. Como por ejemplo:
- No hubo luz en mi casa durante muchos días. No se exactamente cuantos. Supongo que fueron unas 4 semanas, aunque no podría asegurarles nada. Recordemos que la percepción del tiempo que tiene un niño, es muy diferente a la de un adulto.
- Como no había luz, la gente se abarrotó las tiendas para comprar velas y lámparas de mano. Eran algo casi imposible de comprar. Afortunadamente a uno de mis tíos le encantaba acampar, así que nos dio el tip de que compráramos lámparas de gas para camping. ¡Que cosa más útil resultaron las mentadas lámparas! Nos alumbraron en esos días difíciles y durante unos 20 años nos sacaron de apuros cada vez que se iba la luz.
- Después del temblor fui a la escuela como cualquier otro día.
- En las horas / o días siguientes hubieron varias réplicas. No tengo memoria sobre su gravedad, pero me acuerdo que mi papá puso mi colchón y el de mi hermano en su cuarto. De esta manera dormimos en el mismo cuarto cuando menos una noche. Supongo que estaba más tranquilo pensando que si pasaba algo, estábamos todos juntos.
- La memoria más impactante que tengo de ese Septiembre, la obtuve c cuando pasé afuera de un centro comercial cuyo estacionamiento se derrumbó. (No si se derrumbó el centro comercial completo, por favor recuerden que lo viví hace más de dos décadas cuando tenía 6 años). Fue impresionante ver como los pisos del estacionamiento se habían colapsado uno sobre otro, como si tratara de un edificio hecho de naipes. Entre los pisos se distinguían los autos aplastados. No me consta, pero creo que es bastante obvio que mucha gente perdió la vida ahí.
Muchas otras desgracias y uno que otro milagro sucedieron en esos días. De la mayoría me enteré hace dos años, cuando en el 20 aniversario del terremoto salieron muchos reportajes y programas especiales sobre la desgracia.
Supongo que leer lo ocurrido no causa la misma sensación que haber estado ahí. De todas formas es importante que nunca olvidemos ese trágico día y todos los que vivimos en zonas sísmicas averigüemos qué hacer en caso de temblor y estemos preparados… siempre.